domingo, 10 de noviembre de 2013

Diciéndole no al no

Hace un rato me di cuenta de que hay veces que la flojera y el desgano nos hace perdernos experiencias y momentos que pueden ser increíbles, por ejemplo hace varias semanas ya mis amigos me dijeron que los acompañara a montar bici un domingo y yo que no se manejar bicicleta (vergonzoso, lo sé) me quedé dormida y no fui.

El viernes que acaba de pasar empezaron las vacaciones y nuevamente mis amigos me invitaron a montar bici, ofreciéndose a enseñarme a manejar y yo con la nostalgia de que ya no los veré todos los días en clase me animé y con sueño y todo les di el encuentro. 
Oh que gran día pasamos, grité mucho lo admito y es que cada vez que soltaban la bicicleta sentía que me iba a caer, me sentí una anciana total por necesitar ayuda con esta actividad en particular, pero muy orgullosamente les comento que logré mantener la estabilidad por 5 segundos enteros yo solita.

Recorrimos toda la avenida que esta cerrada los domingos para el uso de exclusivo de skates, patines y bicicletas, riendo, haciendo carreras y sorteándome a mi para llevar a cuestas entre los presentes. 
La entrada de la tarde la pasamos comiendo helado, chucherías y haciendo promesas de repetir la experiencia al igual que tratando de coordinar planes para el resto de la semana. 

Siento que debo dejar esa pequeña flojera que siempre me causa el sólo pensar salir de mi cama y animarme a salir y descubrir nuevas actividades, no importa si lo paso bien o mal, lo que importa es intentarlo.

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